LA HISTORIA DE SAMUEL


Durante la intervención prenatal, el feto “tomó” el dedo del cirujano. La imagen ha sido considerada como una de las fotografías médicas más importantes.

Samuel Alexander Armas, el protagonista de esta foto, acaba de cumplir sus 8 años.

Cuando estaba en la panza de su mamá se le diagnosticó espina bífida, a las 21 semanas de gestación decidieron operarlo dentro del útero y en plena cirugía sacó su pequeñísima mano y tocó la del cirujano, un fotógrafo tomó la foto y estalló el debate. Meses más tarde nació sin complicaciones. Hoy lo definen como un chico “brillante” y ayuda a sus papás a cuidar de su hermanita de 2 años que también padece espina bífida.

De acuerdo a Alex, el papá de Samuel, cuando conocieron el diagnóstico, se sintieron “devastados por la noticia” pero, decidieron buscar una solución. A través de Internet, se enteraron de la cirugía fetal experimental desarrollada por un equipo de la Universidad de Vanderbilt ( EE.UU.), y se pusieron en contacto con el médico Joseph Bruner, quien les explicó que si el defecto era corregido antes de que el bebé naciera, tenía más posibilidades de recuperación, al protegérsele tempranamente los nervios expuestos . El riesgo era grande (la primera cirugía de este tipo se realizó en 1994) y el bebé no podía nacer en ese momento.

A la mamá de Samuel le extrajeron el útero temporalmente por cesárea y le hicieron una pequeña incisión para operar al feto. Cuando Bruner ya estaba terminando la operación, el 19 de agosto de 1999, ocurrió algo insólito. Samuel, con sólo 21 semanas de gestación, “sacó” su pequeña mano a través del corte y “tomó” el dedo del cirujano. La espectacular secuencia fotográfica recorrió el mundo, al tiempo que los testigos relataban lo ocurrido. “Samuel se despertó de la anestesia demasiado pronto y salió con el puño apretado a través de la incisión quirúrgica del útero. En mi opinión, Samuel sentía dolor. El doctor Bruner alzó con suavidad la mano del bebé para volver a introducirla en el útero. Samuel reaccionó apretando el dedo del doctor”, relató el fotógrafo. Para el médico, todo depende del punto de vista: “O el bebé sacó la mano del útero y tocó el dedo de un compañero humano o soy yo empujando su mano fuera del útero para introducirla una vez que había salido… que es lo que hice”. Sin embargo, a pesar de la diferencias en la versión de los hechos -”impactante” para el cirujano, “milagrosa” para el fotógrafo- ambos coinciden en que Samuel sacó la mano. Ya sea en forma intencionada o por un reflejo (el bebé y la mamá aún estaban anestesiados, según el médico), son todas especulaciones.

Dos meses y medio después del nacimiento, Samuel inició un arduo programa de rehabilitación destinado a completar el éxito de la operación intrauterina.

A lo largo de estos años y con una vida feliz, tuvo seguramente varias oportunidades de volver a tomar la mano de su médico para, juntos, recorrer el camino de la recuperación.